Sorber. Jim Desmond Op.
Sala de prensa de KUSI
El condado de San Diego, conocido por su belleza y promesa, ahora se ve empañado por la sombría realidad de la trata de personas. Según el FBI, San Diego es uno de los 13 puntos críticos del país para la trata de personas. Un estudio realizado por la Universidad de San Diego y la Universidad Point Loma Nazarene estima que el tráfico sexual genera más de 810 millones de dólares anuales para la economía clandestina de San Diego, con hasta 8.000 víctimas por año, con víctimas de 16 años en promedio. El mismo estudio encontró que el 90% de las escuelas secundarias investigadas en todo el condado de San Diego informaron casos de tráfico sexual y que el 100% de esas escuelas informaron sobre reclutamiento de sus estudiantes.
Estoy comprometido a impulsar una legislación que aborde de frente la trata de personas centrándose en un aspecto crucial: la concientización y la educación.
La trata de personas es una grave violación de los derechos humanos, que explota a personas con fines laborales y sexuales mediante la fuerza, el engaño y la manipulación. La escalofriante verdad es que nuestras escuelas no son inmunes.
Los depredadores atacan a niñas y niños jóvenes, sometiéndolos a una vida de explotación sexual mediante coerción y manipulación. Estas víctimas son arrojadas a un abismo de desesperación, sus sueños y aspiraciones destrozados, reemplazados por un sufrimiento inimaginable. Sin embargo, no es sólo el ámbito del tráfico sexual lo que marca a nuestra comunidad; La trata de mano de obra también proyecta una sombra larga y sombría. Hombres, mujeres y niños son atraídos con pretextos, atrapados en una red de trabajo forzoso, servidumbre por deudas y tormento psicológico.
Ésa es la cuestión que tenemos ante nosotros, pero creo firmemente que podemos ser un rayo de esperanza en esta oscuridad, mediante un enfoque centrado en la educación para combatir la trata de personas. El martes 29 de agosto, me asociaré con la presidenta, Nora Vargas y nuestra fiscal de distrito, Summer Stephan, en un punto de la agenda de la carta de la junta para abordar esto de frente, ¡pero necesitamos su ayuda! Les imploro que consideren las vidas que podemos salvar equipando a nuestros hijos y a sus padres con conocimientos que podrían marcar la diferencia entre la libertad y el cautiverio.
Actualmente, la Oficina de Educación del Condado brinda educación contra la trata a estudiantes de séptimo y octavo grado. Pero, de 500.000 estudiantes, sólo una fracción recibe educación preventiva. Muy pocos profesores y padres saben sobre la trata y la explotación infantil.
En una época en la que los depredadores y traficantes explotan las redes sociales para invadir los espacios personales de nuestros hijos con un clic, cumplir con el mínimo indispensable de educar a los estudiantes una o dos veces a lo largo de su trayectoria académica es significativamente corto.
La educación es poder. En el caso de la trata de personas, tiene el potencial de evitar que nuestros jóvenes se conviertan en víctimas. Estoy abogando por un plan de estudios que genere conciencia sobre las tácticas empleadas por los traficantes, las señales de alerta de posibles situaciones de trata y cómo buscar ayuda si ellos o alguien que conocen es víctima de este siniestro comercio.
Al inculcar este plan de estudios desde una edad temprana, podemos cultivar una generación vigilante y compasiva. Las mentes jóvenes armadas con las herramientas para identificar y frustrar la trata de personas pueden ser nuestros mayores aliados en esta lucha. Con sus acciones empoderadas, construimos un San Diego más fuerte y seguro para todos.
Nuestra estrategia para un futuro más seguro abarca varios elementos críticos:
Además, proponemos el inicio de una campaña de promoción de la concientización sobre la trata de personas que muestre los riesgos y las señales a las que debemos estar atentos. El poder de esta campaña radica en su capacidad para infiltrarse en espacios públicos, desde vallas publicitarias hasta carteles cerca de las estaciones de transporte público, garantizando que ningún rincón de nuestro condado quede al margen de este mensaje vital.
No olvidemos que esta no es una batalla limitada al género; Los niños también son con frecuencia el blanco de ataques. De hecho, por sorprendente que parezca, hasta el 50% de los niños víctimas de trata en Estados Unidos son varones. La edad de entrada en la trata sexual para estos jóvenes es angustiosamente entre los 11 y los 13 años. Esta crisis colectiva no conoce límites independientemente de la edad, el género, el nivel de ingresos o cualquier otro factor.
Juntos, podemos enfrentarnos a la oscuridad que busca envolver a nuestra comunidad. Seamos conocidos no por los horrores que ocurren dentro de nuestras fronteras sino por nuestra inquebrantable determinación de proteger a los vulnerables y asegurar un futuro mejor para nuestros hijos. Que esta legislación sea el punto de inflexión, el grito de guerra que resuene a través de generaciones. Unámonos, educémonos y fortalezcamos contra la trata de personas, por el bien de la justicia, la compasión y la esperanza de que un San Diego más seguro y justo esté a nuestro alcance.